29 abr 2012

Repaso de una vida vivida




A veces, aquí sentado, en este banco, viejo y desgatado por el paso del tiempo y la corrosión del ciclo natural de las cosas, pienso en la manera en que las personas vamos evolucionando, convirtiéndonos en cosas que antaño rechazábamos por el mal intrínseco que llevaban consigo y, en otras ocasiones,  convirtiéndonos en algo que creíamos ajeno y demasiado bueno para llegar a ello. A veces,  también, tengo la certeza de que la vida es como un remolino que se alza irregular y se presenta sin invitación, que llega y se eleva, revolviéndolo todo a su paso, a pesar de nunca llegar a ser lo suficientemente grande como para destruirlo todo y, que al quedarse sin aire, se desvanece y lentamente se aleja y difícilmente retorna al mismo lugar.

En cierto modo, las personas somos iguales a esos pequeños remolinos, nos quedamos insignificantes ante la grandilocuencia del tiempo,  tenemos la capacidad de destruir todo cuanto nos rodea para luego, concluido nuestro ciclo, desmaterializarnos y pasar a ser un simple recuerdo en la memoria de unos pocos.

En mis casi 90 años de vida, he visto tantas cosas y al mismo tiempo tan pocas, he vivido cerca de personas que aún significándolo todo en un momento concreto de nuestras vidas, pasan a convertirse en nuestros peores verdugos,  he podido contemplar como la gente, bañada y cegada por su propia estupidez, ponen su cabeza en bandeja de plata y se alejan poco a poco hasta terminar por irse del todo, y tengo que reconocer que  cuando se atraviesa una despedida, el dolor lo envuelve todo hasta que, al final, un día te despiertas y descubres que donde estaba antes remplazándolo  hay un lugar vacío  pero  es que , al fin y al cabo, la gran mayoría de seres humanos estamos destinados a terminar nuestros días en soledad.

Cuando se es tan mayor como yo, sobrevives el día a día basando tu vida en rutinas, que respetamos incluso en los días más tediosos y duros. Con mi edad, aprendes a vivir mirando al pasado para poder desenvolvernos de la mejor manera posible en el presente, porque del futuro, a estas alturas de la vida, es mejor olvidarse. Además, hay otra razón para vivir la vida como una reminiscencia sin fin y es que,  con los años, nos hacemos vulnerables y un simple paso en falso, con toda seguridad, nos llevaría a la tumba.

Ahora mismo veo a tanta gente diferente pasearse  en pareja, solos, con sus mascotas,  veo a gente discutiendo, cantando mientras mueven los labios y la cabeza, gente con la mente en otro lado, personas tristes, personas felices, y así más y más personas. Seguramente, algún día, ellos también estarán sentados en un banco, analizando su vida pasada, esforzándose por vivir un día más, sintiéndose en paz porque saben que de lo hecho tiempo atrás poco puede deshacerse.

Hoy tengo la certeza de que estoy aquí, vivo y feliz, más tengo otra certeza aún mayor  que me dice que  posiblemente mañana ya no estaré aquí. Lo sé porque a mi edad estas cosas se saben y por lo tanto sabes cuando despedirte del mundo y prepararte para cerrar los ojos y dormir plácida y perpetuamente

Jearci Brown

Jearci Brown
Hoy han de llover estrellas porque no he de llorar por penas, hoy te haré el amor? yo, el enamorado poeta con letras de mil poemas mientras el sol paga su condena.

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