¿Me he marchitado con el paso del tiempo?
O, ¿Me he, acaso, secado esperando a la lluvia?
¿Me he podrido por dentro como lo hace la fruta que nadie se come?
¿Me he muerto por dentro antes de convertirme en polvo?
O, ¿Me hallo, acaso, en un invierno perpétuo?
¿Volverá a florecer el fruto en mi tierra yerma?
¿Volverá la lluvia a convertirse en mi fuente de vida?
¿Volveré, acaso, a sentir alguna vez la calidez escondida detrás de un abrazo ajeno?
¿Volverá el sol a salir por el este y la luna a brillar por las noches?
¿Volverá el canto de los pájaros a sonar tras mi ventana y los perros a ladrar ante el agüero de un extraño?
¿Podré, acaso, alguna vez, sentirme menos frío?