Incluso en medio de esta tranquilidad
inmensa, puedo escuchar tu voz.
Parece que este cielo medio gris-medio
azul se mimetiza con mi corazón.
Hoy me da la sensación de que la marea
nerviosa siente mi dolor.
Hasta las palmeras dobladas por el
viento se convierten en mi espejo.
En medio de este raro día de verano,
Puedo ver nuestros pies caminando juntos por la arena.
Nuestros labios pronunciando al unísono
el nombre del otro.
Y nuestros cuerpos respondiendo al
cálido impulso del gozo.
Sin embargo, la realidad golpea con
crudeza al levantar la cabeza
Al despojarla del sosiego de estas
páginas garabateadas.
Ya que hoy no hay nombres
Así como tampoco pies descalzos ni
cuerpos desnudos.
Solo un cielo cada vez más gris...
Únicamente un día más oscuro.