17 may 2011

Cimientos Ficticios.


Ha pasado ya algún tiempo desde que le vi por primera vez, aunque no sé con certeza cuanto. Ese primer momento se aferró con uñas y dientes a mi memoria, mas cómo podría olvidarlo, cómo podría evitar no pensar que me perdí en lo más profundo de sus ojos claros, que en ese margen de tiempo acaricie su ser y lo hice parte del mío propio.
Le he vuelto a ver desde entonces y en silencio disfrutaba de su aroma y me regocijaba con el calor de sus roces involuntarios. Sin embargo, en mi interior siempre deseé que dejaran de serlo, que sus manos exploraran cada centímetro de mi cuerpo y poder sentir sus leves hálitos muy cerca de mi piel.
Cuando estaba cerca de él siempre supe y percibía que sus ojos buscaban los míos y, en ocasiones, me ha parecido que nuestras miradas se cruzaban efímeramente. Siempre de manera intencionada.
Creo que nunca podré saber si estaba o no equivocado.
He imaginado tantas y tantísimas cosas en las que siempre está presente, cómo no iba a estarlo, si forma parte de mi vida, si se ha adueñado de cada pensamiento que cruza mi cabeza, si cada letra de su nombre ronda insistentemente por mi mente dibujando su rostro y haciendo que se cuele cada vez más y más adentro.
Algunas veces me he topado soñando despierto y casi es como si lo estuviera tocando o viendo. Odio cuando pasa eso, porque al darme cuenta de cuál es la realidad, mi corazón se desgarra y una tristeza infinita me acuchilla sin darme tregua. En momentos como esos desearía poder dejar de desear, pero estaría deseando y entonces todo deja de tener sentido.
Siempre he pensado qué le diría si tuviera la oportunidad de hacerlo y la respuesta es siempre la misma: le besaría, le abrazaría y le miraría a los ojos para que pueda ver que todo mi ser lo espera con ansias, que deseo perderme en la inmensidad de sus ojos claros, y sentir sus labios sobre los míos, también le diría que deseo que me haga suyo, de todas las maneras existentes.
Son sólo sueños y anhelos que se quedan en nada cuando abro los ojos y es por eso que he decidido dejarlos cerrados para no tener que afrontar que sólo es fantasía, para que no duela no tenerle, así al menos podré disfrutar de su compañía y quién sabe, quizá y sólo quizá, algún día lo ficticio deje de serlo y los cimientos de un amor imaginario se conviertan en la más grande de las fortalezas.




1 comentario:

  1. querido jonathan, trasmites con gran delicadeza sentimientos que - quien más o quien menos - en alguna ocasión ha sentido. el enamoramiento duele y como bien dices, desgarra pero al mismo tiempo te da el aliento suficiente para poder levantarte cada día. A Deo Gratias que tiene su momento álgido y luego, baja para convertirse en un reposo hermoso donde no caben tormentas sino plácidas aguas de lago. una vez más bravo corazón y no dejes de sentir y de hacernos sentir.

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Jearci Brown

Jearci Brown
Hoy han de llover estrellas porque no he de llorar por penas, hoy te haré el amor? yo, el enamorado poeta con letras de mil poemas mientras el sol paga su condena.

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