12 jul 2011

Palabras de despedida.


Probablemente estas sean las últimas líneas que consiga escribir, quizás estás sean las últimas bocanadas de aire que tomo y, seguramente, estas sean las últimas imágenes que vean mis ojos cansados por el implacable paso del tiempo.
Dediqué mi vida a contar todo cuanto se me pasaba por la cabeza, a describir situaciones de las que era testigo, a inventarme las más descabelladas y refutables circunstancias, todo ello con la intención de trasmitir sentimientos. Nunca supe si llegué a conseguirlo o no, mas nunca me importo. Ni siquiera me planteé el hecho de que fuera bueno en ello, sencillamente me dejaba llevar por mi mente y le permitía a mis dedos hacer todo el trabajo.
Surqué mares, escalé montañas, atrapé a grandes villanos, lloré pérdidas, me convertí en un nefasto y vil criminal, puede decirse que viví una vida sin igual, sin límites ni complejos. Todo esto sin subirme a un avión o cualquier medio de transporte. No necesite nunca la compañía de nadie, únicamente me acompañaba mi imaginación y mis ansias por conocer lo desconocido.
Y pensar que hace unos años odiaba leer y escribir, es que ni siquiera soportaba la idea de sentarme frente a una mesa con una máquina de escribir. “Una pérdida de tiempo” así solía referirme a esa situación, y es que crecer y hacerte mayor es algo mágico, la experiencia es el arma más letal y eficaz con la que cuenta una persona. Te hace sabio y ágil para esquivar los golpes que te depara el destino, y te da las palabras necesarias para poder narrarlos y compartirlos si así se desea.
Aquí dentro conseguí que me trajeran una máquina de escribir y una mesa donde ponerla. Esta muy vieja y un poco chueca, pero no me importa. Aprendí a amar los libros y a perderme entre sus páginas, a devorarlos y degustarlos como a un rico manjar. Gracias a ellos pude escapar de estas cuatro paredes que durante tanto tiempo me han mantenido prisionero.
Hoy por fin se ha hecho justicia, me han sentenciado a muerte después de muchísimos años de lucha en mi contra. Casi no consigo recordar cuantos. “Es una situación sin precedentes” eso me dijo mi abogado hace un rato. Pensé que me iba a afectar más escuchar el fallo del jurado pero sabía que tarde o temprano llegaría, al fin y al cabo privar a alguien de su vida es algo imperdonable.
Dentro de 5 minutos vendrán por mí y lo agradezco por que me ha dado tiempo de escribir esto como despedida. Gracias a todos aquellos que se implicaron conmigo y me permitieron publicar mis historias y gracias a todos aquellos que las leyeron. Gracias a los libros por enseñarme nuevos caminos y por darme experiencia y conocimiento y gracias a todos aquellos que lean éste mi último aliento.

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Jearci Brown

Jearci Brown
Hoy han de llover estrellas porque no he de llorar por penas, hoy te haré el amor? yo, el enamorado poeta con letras de mil poemas mientras el sol paga su condena.

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