
Quédate, solo si la luz no ciega tus pasos
Quédate, solo si tu propio eco no te ensordece
Quédate, si al mirarme consigues verme
Quédate, si las palabras consiguen brotar de tu boca
Quédate, si en lo hondo de tu ser encuentras el espacio en el que habito
Quédate, y haz lo que dicte tu conciencia
Quédate, y haz que de hacer tus actos sean hechos
Y los hechos se conviertan en historia
Y la historia en tiempo
Y el tiempo en olvido
Y el olvido en vacío
Y el vacío en la nada
Y de la nada las cenizas
Y de las cenizas la esperanza
Y de la esperanza el destino
Pero quédate aunque duela el saber que te quedas y que no eres mío
Quédate, si tus labios pueden buscar los míos
Y quédate, si eres capaz de regalarme una sonrisa
Y quédate, si con una sonrisa puedes darme la vida
Quédate, si tu corazón te lo dicta
Quédate, y me convertiré en tu luz y en tu eco
Quédate, y desharé la historia para rescribirla
Pero quédate conmigo y haremos de la nada el olvido.
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