14 dic 2019

Con las primeras nieves.


fotografía por Jonathan Rincón

A veces me da miedo no sentir nada,
Deambular por el mundo sintiéndome vacío,
Incluso,por momentos, las palabras se han ido,
Y mi alma camina descalza y expuesta.

En días como el de hoy,
Fríos y ventosos,
Todo lo que soy y llevo conmigo,
Parece encontrar regocijo en este miserable tiempo,
Un resguardo, una guarida desde la que mirar al mundo.

Tras la ventana,
En donde la lluvia furiosa de esta mañana ha dejado su huella,
                                                                                               -en los cristales-
Hay dos adultos labrando sus tierras,
Preparándola para el inminente invierno.
Sobre sus cabezas,
En las ramas de los árboles abyacentes,
Cuervos y otros pájaros los sobrevuelan,
Inmunes al viento.

Cuando lleguen las primeras nieves,
Y los días se tornen mas cortos y fríos,
Todo lo que ahora rebosa vida y colores tibios,
Que a la vista es nostálgica belleza,
Se transformará en hoscas figuras,
Mientras yo, desde estas cuatro paredes,
Seré testigo del cambio,
Y como ellos, me convertiré en figura en reposo,
Y volveré a la vida con los primeros días de primavera. 

24 sept 2019

Junto a la orilla.






Parecía que nos veíamos
Él y yo, en armonía.
Sin filtros, sin retoques, pura magia,
Él y yo.

Parecía que nos entendíamos,
Sin pronunciar palabra,
O bailando delicadamente por y sobre ellas.
Parecía que podíamos ser,
Él y yo.

Yo lo veía, como se ve a través de un cristal.
O como el reflejo propio sobre el agua cristalina.
Como cuando se mira al sol y su luz no duele.
Y solo se siente  una caricia tibia.

Aún lo veo, desde la distancia que da el conocimiento.
Desde el respeto que dan los límites.
Desde el amor propio que no te permite romperte.
Yo lo veo.

Quiero vernos,
Como se ve a otros andar por los paseos marítimos,
O junto a la orilla del río.
En medio de parques o sentados alrededor de una chimenea.
De la mano o abrazados.
Quizás un beso en la mejilla,
O uno delicado en los labios.
Así, dulcemente,
Nos veía pero ya no más.

He cerrado los ojos.
Y dejado el corazón abierto.
Aunque él siga habitando un pequeño espacio, 
Y sea quien mantiene la puerta abierta.
Los he cerrado, con él como última imagen.
Y sé, que un día , cuando los abra de nuevo,
Aunque lo vea,
No habrá dolor o nostalgia,
Solo el gozo de haber sentido y estar despierto.

¡Qué bonito es sentir!



18 sept 2019

Su vida, mi muerte.

Debería cerrar la puerta y tirar la llave.
Debería salir corriendo y no parar jamás.
Debería arrasar con todo y dejar nada en pie.
Debería hablar alto y no volver a callar.

¿Por qué morir en silencio cuando tenemos la palabra?
¿Por qué hundirnos en nuestra propia mierda cuando tenemos pulcras veredas por las que caminar?
¿Por qué refugiarnos en la morada más pequeña cuando hay castillos inmensos en los que buscar abrigo?
¿Por qué entregarlo todo aún cuando sabemos que no recibiremos nada a cambio?

Nos morimos por dentro en silencio.
Nos guardamos los sentimientos como ropa en un cajón.
Nos amarramos el alma y el corazón se queda quieto.
Nos apagamos y esa luz no se enciende de nuevo.
Suponemos en mente ajena y nos olvidamos de acertar en la nuestra.
Nos dividimos en pedazos para olvidar y al final olvidamos volver a juntarnos.

Perdonar y moverse.
Paso al frente y ser valiente.
Arrojarse al vacío, inerte.
Encontrarse a uno mismo, vértice.
Hablar la verdad, muerte.
Caminar a tientas, muerte.
Vivir a medias, muerte.
Ocultar lo que nos mueve, muerte.

Muerte y más muerte.
Mientras nos marchitamos aunque haya sol y llueva torrencialmente.
Muerte y más muerte.
Mientras sigamos la misma vereda

Muerte y más muerte.
Si no cambiamos el rumbo.

Muerte y más muerte.
Para que él viva feliz.

Muerte y más muerte.
Mientras siga callado,
Su vida, mi muerte.




11 ago 2019

DICEN.

"Solo el tiempo dirá".
Suena como la solución perfecta a lo desconocido.
"Dale tiempo al tiempo".
Como si la vida fuese eterna para perderla esperando.
"Todo lo que merece la pena lleva tiempo".
Cuando no hay certeza ni garantía alguna de ello.

Tiempo, ese mismo que se esfuma igual que llega.
Llega y nunca se va. 

Solo avanza...,
Tan rápido que a veces da vértigo.

Esperar...,

Una llamada,
Una mirada, 
Una caricia,
Un beso.
A veces, también, un abrazo.
Para que nunca lleguen, para que nunca sean dados. 

Y el tiempo sigue corriendo.

Todo igual
.Cada cosa en el mismo sitio.

TIEMPO, suena, a veces, a medicina.
Otras a tortura.
Cuando no, a enfermerdad.

Tiempo, ¡dame tiempo!
¡Dale tiempo!
¡Para o, al menos, avanza más despacio!

Todo lleva tiempo, dicen.
Mientras, en la espera, a mí se me va la vida.


20 jul 2019

Acaso.

¿Me he perdido intentando encontrarme?
¿Me he marchitado con el paso del tiempo?
O, ¿Me he, acaso, secado esperando a la lluvia?

¿Me he podrido por dentro como lo hace la fruta que nadie se come?
¿Me he muerto por dentro antes de convertirme en polvo?
O, ¿Me hallo, acaso, en un invierno perpétuo? 

¿Volverá a florecer el fruto en mi tierra yerma?
¿Volverá la lluvia a convertirse en mi fuente de vida?
¿Volveré, acaso, a sentir alguna vez la calidez escondida detrás de un abrazo ajeno?

¿Volverá el sol a salir por el este y la luna a brillar por las noches?
¿Volverá el canto de los pájaros a sonar tras mi ventana y los perros a ladrar ante el agüero de un extraño?

¿Podré, acaso, alguna vez, sentirme menos frío?




6 jul 2019

Tras la ventana.






05 de julio de 2019


Mi querido libro de las confesiones:

Sé que mañana no estaré aquí y que, finalmente, todo llegará a su fin. En cierto modo, me produce cierto sosiego. Sin embargo, si lo miro desde otra perspectiva, me entristece enormemente. A veces he tenido la sensación de que los días tenían más de veinticuatro horas y que mi tiempo marchaba a distinto ritmo del de los demás.

Durante mi espera, he tenido la oportunidad de pensar en muchas de las cosas que he hecho, en las que me han hecho o de las que, indirectamente, han afectado a terceras partes que no eran conscientes de lo que estaba ocurriendo. En esas noches, cuando todo se me caía encima, solía conversar con la luna, y ella, de alguna manera encontraba la forma de responderme, cuando no era con una briza que se colaba a través de la ventana, lo hacía con un rayo de luz que se caía de entre un cielo en tinieblas para ser recibido como una caricia. Ella es la única que no me ha juzgado, la que siempre se muestra al final del día, la que está ahí aunque a veces no pueda verla. Y eso ,en mi caso, supone un gran alivio. Me hace sentir menos solo.

Creo que es consciente de que,tras esta noche, nuestras tertulias se darán por concluidas y que ya no tendrá que mirarme desde arriba porque, casi seguro, acabaremos siendo vecinas.

Siento mucho tener que despedirme de ti de esta manera, mi querido amigo, que tanto consuelo y desahogo me has proporcionado. Solo espero que la persona que te encuentre, lea mi historia a través tuyo y se de cuenta de que la vida es tan corta, inesperada e intensa, que no importa cuánto te esfuerces por controlarla y hacer las cosas correctamente, porque ella es la que manda y,bajo su puño, solo nos queda acatar, callar y vivir.


24 may 2019

El silencio y la sombra.

Un avión suena a lo lejos,
Perdiéndose en el horizonte,
Entre la noche que se alza,
Y el día que se desvanece
                                           -poco  a poco-.

Tras su paso, se ha instalado un silencio,
absoluto y pesado.
Que se extiende por cada recoveco,
Dibujando en el aire una silueta oscura.

Una sombra
                  -mitad imaginaria,mitad real-.
Un vacío
              -mitad imaginario,mitad real-.

La incapacidad de abrirme en banda,
Que no es imaginaria ni tampoco real.

Esta noche le cedo mi alma
                                          -a la sombra-.
Mi corazón
                   -al vacío-.

Allí, desde las entrañas del mundo donde el frio se eleva
Y florece mi fruto.

En medio de ese espacio glorioso,
Donde solo hay silencio y su eco,
Estoy yo.

14 abr 2019

24.





Llevaba sin hablar con él mucho tiempo, tanto que ni siquiera sabia en qué parte del mundo se encontraba, a qué se estaba dedicando o si salía con alguien. Su recuerdo vino de repente a mi cabeza, tras una conversación con una de mis mejores amigas que me transportó a una situación un tanto complicada con la que tuve que lidiar años atrás. Fue entonces cuando cogí mi teléfono, escribí su nombre en el buscador y me encontré con una realidad inesperada por completo: él ya no estaba, se había evaporado. Hacía un par de años que había exhalado su último aliento... .

El día que nos conocimos yo estaba devastado por completo;me habían roto el corazón de una manera en la que jamás lo habían hecho antes y aún así él me convenció para ir a tomarnos un café y entablar la que sería nuestra primera conversación.

Creo recordar que era un día inusualmente frío de enero, especialmente porque la hora a la que habíamos acordado quedar. La gente que había alrededor estaba saliendo disparada hacía los bares y cafeterías de alrededor para entrar en calor. Había vaho por todas partes, proveniente de las conversaciones que todos ellos estaban manteniendo, era casi como si una nube se hubiera caído del cielo y se hubiera quedado flotando a la altura de nuestras cabezas.

Él me había dicho que llevaría una bufanda de color marrón oscuro con rayas negras y un abrigo en los mismos tonos. Yo llevaría una bufanda gris, con una chaqueta del mismo color. Así sabríamos de antemano quienes éramos y evitaríamos malos entendidos. Yo ya lo había visto por el campus, siempre muy bien rodeado de gente, lo cual poco después cobraría todo el sentido ya que era un ser con un corazón y una pureza excepcionales. Cuando creía que a su llegada me encontraría convertido en una estatua de hielo, lo vi girar la esquina y acercarse con la cabeza en un ángulo neutro, como si le diera vergüenza mirarme a los ojos y, al mismo tiempo, quisiera llegar con el plante intacto.

Me saludó con dos besos, algo que no me esperaba para nada, tratándose de un chico tan guapo y masculino. Se disculpó inmediatamente por su retraso y, un par de minutos después, estábamos sentados delante de dos tazas de café bien calientes.

Recuerdo que me dijo que estaba de erasmus; era un estudiante de turismo en su último año y había decidido dejar París para mejorar su español y cambiar de aires. Yo supuse que tendría que haber un motivo por el que quisiese hacerlo y, tras pensarlo brevemente, se lo pregunté. Algo parecido a esto me contestó:

Para serte sincero, porque no me gusta decir mentiras, es un poco por la vida que tenía allí. Mis padres no se tomaron nada bien el hecho de que su único hijo fuera gay y, tras afrontar momentos bastantes desagradables y tristes para mí, me tuve que marchar de mi casa para meterme en un cuartucho horrible, en la última planta de un edificio con peor apariencia aún. Una de mis tías me ha ayudado mucho, sobre todo económicamente y bueno, también intentando hace cambiar de parecer a mis padres pero hasta el día de hoy las cosas siguen igual. Un día en clase me propusieron esta opción y tras solicitar la beca y arreglar todo el papeleo me vine aquí y es lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo; mis compañeros de piso son muy majos y se están portando muy bien conmigo. Así que más o menos esa es mi historia, ¿qué me dices de la tuya?”

Yo no pude decirle nada, me faltaba experiencia y delicadeza para responder apropiadamente a todo lo que me había dicho. Así que simplemente le conté lo que me había pasado: acababa de dejarlo con mi ex, con quien había compartido unos cuantos años de mi vida, unos bastantes complicados con muchas idas y venidas, hasta que una de ellas, él se había enamorado de otro y yo me había quedado para vestir santos. También le dije que no me apetecía tener nada con nadie porque todo era muy reciente. A esto, él puso su mano sobre la mía, la apretó lo justo mientras me decía que era normal y que me tomara mi tiempo para recobrarme, que un chico tan guapo como yo y, presumiblemente, buena persona, encontraría alguien que me iba a hacer feliz cuando menos me lo esperara.

Nos terminamos el café y nos marchamos. La verdad es que no recuerdo si, una vez acordado que nos veríamos de nuevo, nos despedimos con un abrazo o con un beso. Puede que con los dos o, quizás, sin ninguno. Supongo que nunca podré preguntárselo.

Lamentablemente, no puedo decir que volvimos a quedar porque estaría mintiendo. Sin embargo, si que seguimos charlando de tanto en tanto por whatsapp o cuando nos cruzábamos por el campus. La última vez que hablamos, los dos teníamos veinticuatros años; por aquel entonces yo vivía de nuevo en mi isla, Lanzarote, y él estaba en Barcelona, trabajando para una cadena hotelera. Yo le dije que iría pronto a visitar a mis mejores amigas y acordamos vernos de nuevo allí. Ese recuentro al final nunca tuvo lugar porque llegada la fecha, él se había mudado de vuelta a Francia un par de semanas antes.

Esa sería nuestra última conversación.


Quería hablar con él, el día en que lo busqué para saber como le iba. Me gustaría saber qué le pasó, como dejó el mundo unos pocos meses después de haber cruzado nuestras últimas palabras pero remover la herida de la gente que fue cercana a él no es ni remotamente considerable. Así que supongo que todas mis dudas se quedarán intactas. Esta noche solo sé que me siento triste, frágil y, sobre todo, vulnerable.

Mi amigo fue un ser roto, que se recompuso a fuerza de voluntad y positivismo, que dio amor cuando se lo habían negado. Para mí hoy, es inspiración.





17 feb 2019

Mírate




Mírate
Solo, de lado, con luz y sin ella.

Mírate.
Con los ojos abiertos,
Para ver lo que hay en la superficie.
Lo que no importa.
Lo que se pudre y ha de ser devorado por el tiempo.

Mírate.
Ahora con los ojos cerrados,
Para ver lo que hay adentro.
Lo que importa.
Lo que se transforma, florece y te hace especial.
Lo que se hace grande con el tiempo y sin el.

Mírate
Como solo tú puedes hacerlo.
Distinto a como lo hace el mundo.

Mírate y brilla.
Mírate y entonces vuela.
Mírate y se libre.
Mírate y entonces ama.
Mírate y no temas.

Solo entonces Mírate

Solo entonces Mírame.

10 feb 2019

Valentía.




Volar solo conlleva valentía
Esta por sí misma jamás existiría,
El miedo siempre viene tras ella.
Sino, mas bien seria estupidez.

Cada día tengo más claro que el mundo es el mayor estúpido habido y por haber.
Somos todo aquello que juzgamos, amamos,
Odiamos, añoramos o ansiamos.
Lo queremos todo cuando la mayor parte del tiempo no damos nada a cambio.

Ahora tomo un café,rodeado de otras personas.
Cada cual con su historia y su recorrido.
Con sus metas y sueños.
Con sus logros y fracasos.
Todos distintos y, al mismo tiempo,
Todos parecidos los unos a los otros.

Mucha gente juzgará que esto no es un poema.
Que no hay rima ni nada semejante,
Quizás una reflexión en forma de poesía.
Quizás cuando otros lean estas líneas y/o versos,
Llegarán a la conclusión de que mi percepción es errónea,
Que el mundo no está tan mal,
Que debo de ser un ser frío, con una vida triste.

Y no, ¡no doble!

Como todos, me he roto y me han roto.
Como todos , me rio, solo y en compañía.
Como todos, amo y soy amado.
Como todos, juzgo y soy juzgado.

Las personas fuertes, también nos caemos y lloramos.
Las personas fuertes, también tienen su propias guerras.
Las personas fuertes, sufrimos en silencio y nos levantamos cuando hemos padecido lo suficiente para sentirnos vivos.

Las personas débiles, por lo contrario, solo caen y lloran.
Las personas débiles, lidian conflagraciones y no ven la victoria.
Las personas débiles, lloran con todos y se victimizan a sí mismas porque encuentran en el acto regocijo,
Que les da derecho a ser de esa manera.

La valentía no es inherente a la debilidad de espíritu.
Pero la fortaleza se puede encontrar con paciencia e inteligencia.

Vivimos en un mundo que no se preocupa del mal ajeno,
Donde el egoísmo campa a sus anchas.
Donde el mal prolifera tan rápido como el bien se extingue.

Debemos ser valientes,
Solidarios,
Inteligentes,
Humildes,
Generosos,
Sensibles y fuertes.
Débiles pero sin rompernos.
Abrazar la vida y la alegría.
Sentir los momentos tristes,
Aprender de ellos.

Debemos ser humanos y humanitarios.
Ser egoístas cuando toca.
Dadivosos cuando la situación lo requiere.
Debemos amar.
Debemos dejar de odiar.
Debemos vivir y dejar vivir.
Y todo eso conlleva, en estos días nuestros, valentía.


Jearci Brown

Jearci Brown
Hoy han de llover estrellas porque no he de llorar por penas, hoy te haré el amor? yo, el enamorado poeta con letras de mil poemas mientras el sol paga su condena.

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